La pandemia de Covid-19 fue declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020, aconsejando a los países a que cumplimenten las medidas de emergencia para proteger la salud de sus ciudadanos y prevenir la propagación de un brote.

En ese contexto, Argentina el 20 de marzo de 2020, declaró la cuarentena social preventiva y obligatoria en función de las previsiones de los Decretos de Necesidad y Urgencia N° 260/20 y N° 297/20 y las particularidades de los distintos rubros exceptuados del cumplimiento de la cuarentena.

Esta situación impone a las personas un nuevo modo de vivir donde en particular, la adquisición de alimentos es cada vez más frecuente a través de las entregas a domicilio.

Si bien, el Covid-19 es un virus respiratorio que se propaga por las gotitas que produce una persona infectada al toser, estornudar o hablar, y actualmente no existe evidencia documentada de persona infectada por Covid-19 a través de los alimentos que ha manipulado o preparado.

Asimismo, no podemos descartar la posibilidad de que la infección se transmita a través de los alimentos por una persona infectada que no se ha lavado bien las manos o también a través de superficies y objetos contaminados, que son utilizados en la manipulación de alimentos.

Por ello, se considera necesario la emisión de recomendaciones para los trabajadores distribuidores de alimentos de la agricultura familiar, que apliquen las buenas prácticas de manipulación de alimentos, pero también todas las medidas de higiene que son fundamentales para prevenir la propagación de Covid-19.